viernes, 15 de enero de 2010

Integridad y Constancia

Hace muchos siglos, un emperador llamo a todos los niños de su reino y les dijo que iba a escoger a uno de ellos para ser su heredero. Le dio a cada quien una semilla y les dijo que la sembraran en alguna maceta y que regresaran al año siguiente con la planta que habían cultivado. Uno de ellos, llamado Ling, fue felizmente a su casa, busco una maceta, y sembró su semilla. Diariamente la cuidaba regándola con gran diligencia, pero al pasar las semanas, nada crecía. A los seis meses, el niño, descorazonado vio que todavía no había crecido nada y quiso darse por vencido rendirse, tirar su maceta por la ventana y olvidarse de todo, pero su mamá lo animó a persistir. Al fin se cumplió el año y llego el momento de aparecer ante el emperador en la real ceremonia de la presentación de las plantas. Ling no quería ir, ya que solamente tenia una maceta con tierra, pero ante la insistencia de su mama, acudió. Todos portando orgullosamente una gran variedad de plantas grandes y exóticas. En eso se escucho la trompeta y salió el emperador, quien comenzó a revisar todas las plantas con interés. De pronto, alcanzo a divisar a Ling que se escondía tímidamente en una esquina con su maceta desnuda y lo hizo llamar. Avergonzado, Ling paso al frente. Para sorpresa de todos, el emperador declaró: “Este niño será el siguiente emperador. A todos ustedes se les entregó una semilla cocida que no podía crecer. Obviamente se desesperaron y, al no ver su semilla crecer, consiguieron otras semillas. Solamente este niño ha demostrado la integridad y persistencia necesarias para la tarea que se espera de él, al cuidar el año entero la que yo les había entregado.”

domingo, 3 de enero de 2010

DAR Y AGRADECER

Cierto día tuvo Dios la idea de celebrar una fiesta en su palacio azul.
Todas las virtudes fueron invitadas, pero solo las virtudes. Los caballeros no fueron convidados pero sí las damas. Acudieron muchas virtudes grandes y pequeñas. Las pequeñas eran mas agradables y corteses que las grandes, pero todas se mostraban muy contentas y conversaban urbanamente unas con otras, como conviene entre personas unidas por la intimidad y hasta el parentesco.
De pronto reparó Dios en dos damas que parecian no conocerse y aproximandose a una de ellas, la tomo de la mano y la condujo hacia la otra.
-La Beneficiencia -dijo, señalando a la primera.
-La gratitud- añadio. mostrando a la segunda.
Ambas virtudes se miraron con indecible asombro. ¡Desde que el mundo es mundo (y han transcurrido muchos años de entonces aca), era la primera vez que aquellas dos damas se habian encontrado!

sábado, 2 de enero de 2010

Mis mejores Amigos


Tengo amigos cuya sociedad me es en extremo agradable. Son de todas las edades y de todos los paises. Se han distinguido, a la vez, sobre el campo de batalla y en el silencio del gabinete, y han obtenido grandes honores por su conocimiento de las ciencias.

Es fácil llegar a ellos, porque siempre están a mi servicio y les admito a mi lado, o los despido cuando me place.

Jamas son inoportunos, y responden a todas mis preguntas. Algunos me refieren los hechos de otros tiempos; otros me revelan los secretos de la naturaleza.

Estos me enseñan a vivir, aquellos a morir. Unos, con su jovialidad destierran mis cuidados, alegran mi espíritu; otros me dan la fuerza del alma, y me enseñan la importante leccion de no contar sino conmigo mismo.

Rapidamente me abren los variados senderos de todas las artes y de todas las ciencias y puedo fiarme de sus informes, en todas las circunstancias.

A cambio de ello, solo me exigen que les preste una habitación conveniente en un rincón de mi morada, en donde puedan descansar en paz, porque a estos amigos seduce mas la paz de un tranquilo retiro que los ruidos del mundo.

viernes, 1 de enero de 2010

Huellas

Una noche, un hombre tuvo un sueño. Soño que él caminaba por la playa con el Señor. A traves del cielo pasaban escenas de su vida. En cada escena, el veia un par dos pares de huellas de pies en la arena, un par era de él y el otro del Señor.
Después que vio la última escena de su vida, el hombre volteó para mirar las huellas de pies en la arena y noto que muchas veces a lo largo del sendero de su vida había solamente un par de huellas. Tambien noto que esto pasaba en los momentos mas tristes y penosos de su vida.
Esto le preocupo realmente y le pregunto al Señor:
"Señor, Tu me dijiste que una vez que yo hubiera decidido seguirte, Tu me acompañarías para siempre. Pero he notado que durante los momentos mas dificiles de mi vida habia solamente un par de huellas. No comprendo por que, cuando yo más necesitaba, Tu me abandonaste".
El Señor le respondió: "Mi hijo querido, muy preciado, te amo y nunca te dejaría. Durante tus momentos de prueba doliente, cuando tu veías sólo un par de huellas, era cuando yo te llevaba cargado en mis brazos".