domingo, 3 de enero de 2010

DAR Y AGRADECER

Cierto día tuvo Dios la idea de celebrar una fiesta en su palacio azul.
Todas las virtudes fueron invitadas, pero solo las virtudes. Los caballeros no fueron convidados pero sí las damas. Acudieron muchas virtudes grandes y pequeñas. Las pequeñas eran mas agradables y corteses que las grandes, pero todas se mostraban muy contentas y conversaban urbanamente unas con otras, como conviene entre personas unidas por la intimidad y hasta el parentesco.
De pronto reparó Dios en dos damas que parecian no conocerse y aproximandose a una de ellas, la tomo de la mano y la condujo hacia la otra.
-La Beneficiencia -dijo, señalando a la primera.
-La gratitud- añadio. mostrando a la segunda.
Ambas virtudes se miraron con indecible asombro. ¡Desde que el mundo es mundo (y han transcurrido muchos años de entonces aca), era la primera vez que aquellas dos damas se habian encontrado!

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